Uno de los temas que más me interesa y preocupa es el de la equidad. Ya sea
por sexo, nacionalidad, religión, raza, orientación sexual, gustos, creencias
en general, vestimenta, condición física o por cualquier otro motivo, la discriminación es un problema que me
provoca una intensa furia demoníaca.
Sé que nadie es perfecto y todos podemos caer en
el error, incluso sin darnos cuenta, pero es importante que seamos conscientes
de nuestras actitudes hacia los demás para no dañarlos con prejuicios. Una
regla básica en todas las escuelas del universo (bueno, no me consta, nunca he
viajado tan lejos) es: no le hagas a los
demás lo que no quieres que te hagan. Pero pareciera que nos convertimos en
adultos y esas lecciones de la infancia se borran de nuestra memoria (junto con
las tablas de multiplicar).
En las primarias de México también se repite hasta
el cansancio la icónica frase de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Que vale para lo mismo,
pero igual pareciera que nos entró por una oreja y se salió volando por la otra
(aunque no culpo a nadie; de pequeña yo tampoco entendí muy bien a qué se
refería).
Me parece importante aclarar que en ningún momento
pretendo decir que todos deberíamos opinar lo mismo acerca de todo para así no
discutir jamás y poder tomarnos todos felizmente de las manos bajo un arcoíris.
No, no. Cada quien tiene derecho de pensar lo que se le antoje, y está bien.
Está bien que tal idea o tal moda te molesten y no simpatices con ellas, pero
existe una abismal diferencia entre no
querer pertenecer a algo y violentar a quienes sí pertenecen a ese algo.
Esta preocupación por detener los ataques
malintencionados hacia las minorías es lo que me motivó a iniciar este
proyecto. No pretendo organizar un
movimiento de proporciones titánicas que abarque a todas las personas discriminadas
en la Tierra, pero sí creo que puedo poner de mi parte para un grupo de
individuos al que pertenezco y que no suele ser defendido en los medios de
comunicación: la comunidad alternativa (llámense rockeros, metaleros, góticos, punks,
otakus y demás criaturas) (obviamente lo de “criaturas” va con cariño e ironía,
pero lo aclaro por si las moscas).
Por último, quiero invitarlos a compartir esta entrada
– y las siguientes publicadas cada semana– con sus conocidos o con quien
consideren necesario. No lo digo porque tenga delirios de querer volverme
popular, sino porque lo ideal es que esta postura anti-discriminación llegue a
la mayor cantidad de humanos posible. Es más, si no quieren compartir mi
contenido porque en secreto creen que tengo piojitos y me odian (tampoco se vale
hacer menos a los que cargan piojos, ¿eh?), está bien, pero si consideran que es urgente que el mundo
deje de ser tan prejuicioso, hablen, por favor.
Hablen, hablen, canten, escriban, compartan,
hablen. Que si bien podemos llegar a pensar que nuestros esfuerzos son
pequeñitos, de a muchos esfuercitos podemos lograr un esfuerzote que haga la diferencia.
En palabras de los sabios Simpson:
A continuación, les dejo una lista con todas las entradas que vayan saliendo en orden por si gustan ponerse al corriente o para que encuentren más fácilmente algún texto que les haya gustado. :D
- Si discriminas, hay tabla [o sea, esta entrada]
- Juntos (pero no revueltos)
- Diferente también es lindo
- El patito negro y la reunión familiar
- Normal vs Anormal
- Violencia hacia la comunidad alternativa
- ¿Vale la pena ser diferente?
- Mitos darketos y otras leyendas
- El patito negro y los patitos en la calle
- Acoso callejero: edición oscura
- Elitistas y posers
- Las contraculturas y su representación mediática
- Ser alternativo es de y para todos
- Guía práctica de cómo ser alternativo
- Especial de Halloween
- Intolerantes hacia la intolerancia
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