domingo, 28 de diciembre de 2014

De la tinta al pixel

No hay duda de que el tradicional libro impreso atraviesa un periodo de transformación a partir del surgimiento de los textos digitales. Las posturas con respecto a esta evolución van desde los pragmáticos agradecidos de poder cargar cientos de libros en su tablet hasta quienes se rehúsan a leer sin ser capaces de disfrutar el olor del papel.

Esta situación conlleva varios aspectos a considerar, pero sobre todo debe destacarse que el libro no es sólo un objeto, también es un símbolo cultural. En la sociedad el libro representa estudio, intelecto, brinda un estatus académico. Y – al menos hasta ahora – los dispositivos electrónicos no cuentan con este significado que los libros se han construido desde hace 2 mil años.

Entre las ventajas de los llamados e-books se encuentran su practicidad, bajo costo y rapidez de difusión. Han sido una ventaja para quienes desean leer un libro que, o no están dispuestos a hacerle un lugar en sus libreros o cuyo precio no les es accesible. A su vez, los textos digitales les han dado a escritores independientes la oportunidad de tener una plataforma de publicación sin tener que recurrir a los costos de la imprenta. Incluso puede considerarse el factor ecológico al evitar el uso del papel.

Cada quien está en su derecho de preferir la tinta o el pixel, y cada medio tiene tanto ventajas como desventajas. La interrogante planteada es ¿el e-book llegará a reemplazar al libro tradicional?

Veámoslo en números. En 2012 Amazon reportó que por cada 100 libros físicos comprados, 114 libros para Kindle eran descargados. Pero las estadísticas aumentan de manera progresiva, ya que en el primer cuarto del mismo año las ganancias en libros digitales eran de 230 millones de dólares, mientras que para finales de 2012 llegaron al billón de dólares. Esto debido a que los usuarios de Kindle tienden a comprar hasta cuatro veces más libros de los que adquirirían en una librería gracias a la comodidad de poder ir de compras sin abandonar el hogar. Por el otro lado, las ventas de libros físicos descendió un 16% de 2010 a 2012, según análisis de Nielsen BookScan.

Pero no todo se verá perdido para la lectura en papel. Hay publicaciones que debido a sus características inherentes no podrían adaptarse al mundo digital, como lo son los libros infantiles ya que éstos cumplen una función lúdica necesaria para el desarrollo motriz de los infantes. También se encuentra una cuestión que no suele considerarse lo suficiente: sí, es verdad que los e-books son miles de veces más fáciles de transportar y esto repercute en un mayor alcance para la difusión cultural. Pero, ¿qué sucede con las comunidades de escasos recursos? Las personas con mayor necesidad educativa son a su vez quienes menos posibilidades tienen de acceder a la tecnología.

Además, seamos sinceros, las posibilidades de la Internet son ilimitadas y sería un poco iluso creer que un niño promedio preferirá descargar textos de Historia a pasar un rato jugando Angry Birds. Una de los mayores defectos de los dispositivos electrónicos es la imposibilidad de concentrase en una sola tarea a la vez, la cual es esencial en la lectura.

Los e-books ganan terreno y seguidores, pero el libro siempre tendrá esa significación que aquellos amantes de la lectura saben apreciar y, con toda seguridad, son quienes seguirán viendo al papel encuadernado como un compañero fiel e irremplazable.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Rock: sin lugar en la industria

¡Hola, hola! ¿Cómo han estado?
Antes que nada, una disculpa por tener tan descuidado el blog. Ya saben, la escuela. Pero también la escuela me ayuda a tener material que publicar durante vacaciones, así que, eso. xD Y ahora sé redactar artículos.
Saben que cualquier comentario es bienvenido. c:




Rock: sin lugar en la industria

“En lo que se refiere a la industria [musical], el Rock N’ Roll es como el primo feo”. (Slash, The Irish Times) Ésta siempre ha sido la verdad. Desde los inicios del Rock, cuando los padres de familia se escandalizaron al ver a sus hijos bailar “música de negros”, hasta la actualidad, cuando los vecinos de Texcoco temieron la presencia de un festival metalero debido a “la clase de personas que suelen ir a esos eventos”.

En la era capitalista actual, más allá de clasificar las manifestaciones artísticas según cuestiones morales, la fórmula que se sigue es la del dinero. Ahí se tiene a Miley Cyrus que – independientemente del gusto personal – es de más criticada por su escandalosa actitud, pero como su polémica vende, publicidad no le falta.

Lo diferente y el gusto de las minorías no son un negocio redituable, pero la gula de los empresarios les impide dejar un mercado sin explotar. ¿Qué se debe hacer para capitalizar un género musical que suele mantenerse lejos de los reflectores? Institucionalizarlo; volverlo parte del sistema.

 El Salón de la Fama del Rock and Roll – ubicado en Cleveland, Ohio –  es el hito de este intento por convertir el Rock en alguna clase de institución. Su objetivo es coleccionar, preservar e interpretar el impacto que ha tenido este género en el mundo, pero con el transcurrir de los años sólo ha logrado demostrar que sus intereses son todos menos honrar la esencia del Rock.

Desde 1986, El Salón de la Fama nomina cada año a un grupo de músicos que podrían recibir el honor de ingresar en él. El requisito primordial – según – para ser candidato es representar al género en alguna de sus etapas evolutivas. Los primeros miembros de El Salón cumplen sin duda: Chuck Berry, Elvis Presley, Aretha Franklin, The Beatles, The Doors, entre otros. La confusión surge cuando los Bee Gees entran nueve años antes que Black Sabbath y ABBA cuatro años antes que KISS, por mencionar pocos ejemplos (pareciera que los representantes de esta institución olvidaron que la música Disco surgió como el antítesis del Rock).

Cabe mencionar que los hijos oscuros y menos difundidos del Rock, como el Progresivo y el Heavy Metal, no son tomados en cuenta ya que, al parecer, este tipo de subgéneros apenas han sido reconocidos como trascendentes en su historia. Resulta que en 2008 la gente se dio cuenta de lo importante que es Madonna en el género pero aún no consideramos que Deep Purple sea digno de ingresar. Al parecer todavía no nos enteramos que Smoke On The Water es un himno entre rockeros.

¿Qué podía esperarse? El fundador de El Salón, Jann Wenner, es también co-fundador de la revista Rolling Stone; medio impreso que empezó enfocado a la contracultura y que ahora presume a Justin Bieber en su portada. Es evidente que en los criterios de selección pesa más la popularidad y las ganancias que deja el artista que la relevancia histórica en el género.

Otro ejemplo de la moderna capitalización del género fue la controvertida declaración de Gene Simmons al afirmar que el Rock al fin había muerto. Fue un argumento válido al sostenerse en la idea de que las descargas ilegales de música por Internet no permitirán a las bandas nuevas hacerse de los recursos suficientes para despegar su carrera, pero también deja ver la reconocida postura de Gene siempre enfocada hacia el aspecto financiero.


Es innegable que en la actual industria musical si no vendes y te expones, se considera que tu carrera ha sido infructuosa, pero el Rock puede escapar a este destino. Este género nació como una rebelión hacia el sistema, entonces tanto las ilógicas decisiones de El Salón de la Fama en pro de lo comercial como las predicciones económicas de Gene Simmons son evidencia de que el Rock aún conserva su espíritu de resistencia hacia la institucionalización. Es cierto que el Rock and Roll no ha tenido un lugar primordial en la industria de la música pero, ¿es esto en realidad algo malo?