jueves, 13 de marzo de 2014

Mucho infierno y poco cielo

Sip, vamos a hablar del Hell & Heaven 2014.

Ya tiene días que quería escribir de esto (de hecho hace unas semanas escribí un artículo pequeñito para una revista de unos compañeros pero por obvias razones pues ya no va a salir, jaja) pero entre varios pendientes y con eso de que salía una noticia nueva diario, o hasta más, sentía que no podía emitir un buen juicio en su totalidad.
Pero ahora que ya es oficial que lo cancelaron - o lo pospusieron, como afirman los organizadores -, ya podemos platicar con todo y las consecuencias que hubo.

El Hell & Heaven (H&H) es un festival de Heavy Metal que inició en Guadalarajara, México, y para su cuarta edición los organizadores decidieron trasladarlo desde ese estado hacia la Ciudad de México. Hay algunos tapatíos que resintieron esa decisión porque se sintieron ofendidos con el argumento de que los despreciaron por irse a la capital para "jalar" más gente. No debemos olvidar que un festival es un negocio y claro que se buscará llevarlo a lugares con mayor afluencia, sobre todo si lo que se busca es una mayor inyección de capital para invertirle a la producción. Así que dudo que haya sido una cuestión de desprecio; más bien sería una elección de negocios.

De cualquier manera el festival no se llevó al Distrito Federal, sino a Texcoco en el Estado de México. Empecemos por ahí. En los últimos años el Estado de México ha sido una parte del país con muchos conflictos de diversas índoles. En verdad veo complicado que se pueda llevar a cabo cualquier clase de evento de grandes magnitudes sin ninguna repercusión negativa, y me sorprende que los organizadores del H&H se hayan querido aventar a hacerlo en este lugar en el cual la seguridad no es uno de sus mayores atributos últimamente.

Aquí es donde la situación se tornó confusa y enmarañada. Llevando meses de planificación con las respectivas autoridades del Estado (como Delfina Gómez, la alcadesa de Texcoco, que mostró la mejor de las disposiciones hasta terminar siendo venerada por los metaleros), Protección Civil decide revocarle los permisos al H&H a días del evento argumentando que no se cumplían las especificaciones necesarias para brindarle seguridad a los asistentes y a los vecinos del lugar. ¿Acaso no se podían revisar y corregir esos aspectos en el tiempo que todavía se tenía? El problema incluso llego a escalar a nivel federal, ¿por qué?

Me parece importante señalar que si el respectivo gobierno se encuentra tan comprometido con la población como para causar pérdidas de miles de millones de pesos con tal de garantizar la seguridad, ¿por qué no aplican esta noble actitud en el resto de sus acciones? ¿O me van a decir que nadie está enterado de las ferias de pueblo que se enchufan en donde pueden y ofrecen juegos mecánicos en pésimo estado de mantenimiento? ¿Por qué a nadie parece interesarle la seguridad de las personas que asisten a estos lugares, por ejemplo? Esa falta de congruencia en sus acciones indigna. Si se van a preocupar por nosotros, que se preocupen siempre y no cuando quieran (o les convenga). Y luego en el Estado de México, donde se nota que la protección a la ciudadanía es primordial.

También existe la teoría de que la gran empresa de espectáculos y entretenimiento que se encuentra afiliada al gran monopolio televisivo intervino en la cancelación del H&H para eliminar a la competencia, ya que el evento era bastante prometedor. Es curioso percatarse de que tanto el Electric Daisy Carnival México como el Electric Planet Music Festival se van a presentar también este fin de semana. A veces no todo es mera coincidencia, pero tampoco hay que dejarse llevar por suposiciones.

Se habla a su vez de que la cancelación del festival fue por motivos de intolerancia y discriminación. Los metaleros aún cargan con el estigma de drogadictos, alcohólicos, pandrosos, violentos, clientes frecuentes del desmadre. Lo que no entiendo es cómo se la ha arreglado la opinión pública para seguir teniendo esa imagen de ellos cuando las pandillas que se pelean en las calles... bueno, las personas a las que vemos hacer el mal en general no suelen pertenecer a este nicho. Los metaleros no salen en las noticias (no hasta ahora), no son tema de conversación frecuente. ¿Cómo es que las personas siguen teniendo mentalidad del siglo pasado? Aunque también debo decir que con esto se originó una especie de movimiento pro-orgullo metalero en el que algunas personas ya rallaban en el borde de decir que los metaleros somos la crema y nata de la sociedad, los únicos bienhechores. Y no, no inventen. Ni son escoria ni son dioses; son humanos, como todos.

Está el otro lado de la moneda. La organización del H&H no ha sido exactamente perfecta en cada una de sus ediciones. Ya han sucedido cancelaciones, movidas en los horarios, descontentos y demás. Es comprensible que al ser un festival más o menos nuevo aún se cometan algunos errores, pero ya deberían de contar con algo de experiencia en esos aspectos y en las redes sociales no es difícil encontrar personas indignadas que se han sentido defraudadas año con año. Tampoco se valió que afirmaran que ya iban a dar información de la nueva sede en un momento exacto cuando ellos mismos aún no estaban seguros de contar con esos datos en ese instante.

Al final, ¿de quién fue la culpa? ¿Del gobierno? ¿De la competencia? ¿De los mismos organizadores del H&H?
Eso queda a la reflexión de cada quien. Yo opino que la carga de la culpa se distribuye entre todos ellos, porque los problemas nunca son sólo culpa de una persona u organización. Están los que abusan, los que se dejan y los que ven pero no les importa, e igual todos son parte del conflicto.

Es una lástima que una propuesta de festival de primer mundo haya caído tan estrepitosamente. Peor la imagen de México quedó para el mundo con toda esta polémica.