jueves, 29 de septiembre de 2016

Ser alternativo es de y para todos



En el último semestre de la universidad llevé una materia que se llamaba Investigación en Comunicación Alternativa. Algo muy importante que aprendí en esa clase es que el espectro de lo que es ser alternativo es muchísimo más amplio y variado de lo que creía.

Cuando se habla de personas con estilos de vida alternativos lo usual es pensar en góticos, punketos, metaleros, visual kei, rockeros o en alguna otra subcultura. Pero la verdad es que cualquiera de nosotros puede ser alternativo sin importar qué nos gusta o cómo nos vestimos, si no por lo que pensamos y por cómo actuamos.

En Comunicación Alternativa reconocí que ser alternativo es buscar otra vía, querer hacer las cosas de otra manera para satisfacer necesidades que no se están cumpliendo, sean de la naturaleza que sean. En Comunicación, por ejemplo, las radios indígenas son comunicación alternativa porque no se encuentran inscritas en el sistema radiofónico convencional y porque se hacen de sus propios recursos para resolver la carencia de espacios informativos y de opinión en estas comunidades.

Los murales de grafiti, las calcomanías pegadas en las calles, los conciertos  o el teatro en la vía pública y muchos más son medios que buscan comunicar de otra manera. Eso también es ser alternativo, y no se encuentra condicionado por la contracultura a la cual pertenece cada individuo o si no se identifica en absoluto con ninguna de ellas.

El tiempo nunca dejará de avanzar, la sociedad cambia, se hacen descubrimientos, el mundo cambia. Siempre existe la manera de hacer diferente las cosas, de ser más creativos, más ingeniosos, más humanos. Estancarse es una opción, pero una que no nos invita a crecer y a desarrollar nuestro potencial (tanto individual como grupal).

Tampoco se trata de llevarle la contraria a todos todo el tiempo por considerar que todos están mal y que el santo papel de uno es arreglar el relajo que ya se hizo; si no de tener presente que hay alternativas, perspectivas diferentes y que sólo porque algo se ha hecho siempre de la misma manera no quiere decir que no pueda ser distinto. Ser alternativo es tener la mente abierta, pero en verdad ponerlo en práctica (porque luego también conoces gente según alternativa, pero con mentalidad cerrada y eso no tiene mucho sentido).

Desde ser vegetariano, rockabilly o un maestro que no evalúe siempre con números a sus alumnos, todos podemos tomar decisiones que nos conviertan en un poco o más alternativos. Ser diferente no es un club secreto, radical y pretencioso. Es algo que ahí está, dispuesto en la vida diaria, de propiedad comunal. Es ver con otros ojos y desear algo distinto.

Entonces ser diferente no es algo tan extraño como para que te discriminen sólo por ello, ¿o sí?

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