Aunque la escuela y la familia
son los primeros y más esenciales pilares de la educación, los medios de
comunicación también influyen en el aprendizaje. (Y en algunas personas hasta
más que la familia o la escuela.)
Para bien o para mal, con sus aciertos y
sus fallos, los medios también son maestros. En la Ley Federal de Radio y
Televisión se especifica que uno de sus objetivos, además de entretener, es
educar. Esto porque la tele y el radio son herramientas para informarnos y
conocer aspectos del mundo que tal vez no tendríamos oportunidad de conocer de
otra manera.
Aquí me enfocaré
en la televisión porque, bueno, verla es casi tan común como respirar. Los humanos
somos seres visuales. Les pregunto: ¿En cuántas de las series o novelas que ven
hay personajes alternativos? Si nos damos cuenta, y de acuerdo a esta apreciación, las contraculturas no existen en la vida
cotidiana. Y cuando sí existen son el estereotipo más puro y ridículo que
se pueda imaginar: raros solitarios, ebrios, drogados todo el tiempo,
agresivos, dañados, depresivos o satánicos. Totalmente unidimensionales.
La única
excepción notable – de la cual esté enterada – es la científica forense de
NCIS, Abigail “Abby” Sciuto, cuya personalidad e historia no giran siempre en
torno a su aspecto y gustos góticos. Pauley Perrette, la actriz que interpreta
a Abby, comentó en una entrevista que Donald P. Bellisario (creador de la
serie) “quiso hacer a Abby como una persona con un estilo de vida alternativo,
pero no como una drogadicta o una ladrona”, que ella “no se referiría a sí
misma con otro nombre que no fuera ‘Abby’… Lo que ella representa es a una
chica inteligente y capaz que no puede ser reducida a un estereotipo.” Aplausos
eternos a quienes se esfuerzan por crear personajes multidimensionales.
Blackmetal
Werewolf, un youtuber canadiense (se los recomiendo bastante), retomó este tema
en uno de sus videos recientes. Él comentó que cuando se necesita presentar a un personaje en el menor tiempo
posible se recurre a estereotipos obvios para que el espectador lo identifique
con rapidez. Esto es cierto, pero considero que no es preciso reproducir
estereotipos exagerados y discriminativos para que alguien comprenda pronto una
idea. Opino que mostrar a un joven con cabello largo, vestido de cuero negro y
escuchando death metal a todo volumen dejaría claro a qué tipo de individuo se
retrata sin necesidad de ponerlo drogado o invocando a Satanás. Al contrario de
lo que hizo un comercial más o menos nuevos del jabón corporal Zest, en el cual
se presume que el producto pone de buen humor a cualquiera, incluso a la chica
gótica. Porque los góticos están tristísimos siempre, obvio.
Blackmetal
Werewolf también expresó que en el fondo estas representaciones superficiales
no le afectan a la comunidad alternativa porque al final sólo son
entretenimiento ficticio. Así sucede, por ejemplo, con la película de Tenacious
D, la caricatura de Dethklok o el falso documental de Spial Tap que sólo buscan
provocar risas, sobre todo dentro de las subculturas. Tal vez hasta cierto
punto este argumento sea cierto, pero es importante recordar que los contextos
canadiense y latinoamericano – en específico, el mexicano – son harto
diferentes.
En México la
línea entre la ficción y la realidad se pierde en los ojos de una parte
considerable de los televidentes. Hablamos de una población que religiosamente
ve novelas acerca de la Virgen de Guadalupe cumpliendo milagros que arreglan
todos los problemas; en donde Emilio Azcárraga Milmo – fundador de Televisa –
declaró abiertamente que él hacía programación para jodidos.
No pretendo menospreciar a nadie ni postular
que toda la programación deba ser explícitamente educativa, si no destacar que
hay lugares en los cuales no todas las personas han sido educadas para tener un
criterio propio, para diferenciar entre lo real y lo ficticio. Lugares en
los que la mayoría de los medios no se interesan en educar, en donde el sistema
educativo tiene grandes carencias, en donde adoctrinar es prioridad. Lugares en
los cuales el estereotipo más vano será absorbido sin pensar y se utilizará
como futura referencia de interacción. Es decir, comportamientos guiados por lo
que se ve, lee y escucha en los medios de una sociedad que le sigue temiendo al
cambio.
Considero que
una de las soluciones a este tipo de discriminación se encuentra en exponer más
personajes alternativos en los medios, con diversos papeles y caracteres. Que
se sepa que existimos, que también somos personas con trabajos, estudios,
familias, amigos… Que somos parte activa de la misma sociedad. Así se ayudaría
a demostrar que la gente buena y mala viene en todos los empaques y colores;
porque la bondad, la maldad o la inteligencia no son exclusivas de ningún
grupo.
Lo mismo sucede con las personas
discapacitadas, de otras razas, otras preferencias sexuales, etcétera.
Necesitamos convivir con más tipos de personas, aunque sea sólo a través de una
pantalla a la hora de comer, para dejar de ver a ese otro diferente como algo
incómodo y terrorífico.
El
entretenimiento es válido, reírnos es válido. Pero no debe olvidarse que somos
personas reales y no sólo chistes.
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