jueves, 2 de junio de 2016

Normal vs Anormal

Advertencia: Problemas semánticos a continuación.

Las palabras que decidimos utilizar para nombrar a todo aquello que nos rodea son construcciones abstractas que no definen a los objetos ni a los seres como tal, pero esta manera en la cual nos aproximamos al mundo puede conllevar prejuicios, incluso inconscientes, en nuestro actuar.

“Varas y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras se las lleva el viento”. Este dicho es cierto, pero sólo en parte. Es imposible que una palabra te quiebre un fémur, pero nadie negará que algo dicho pueda lastimar, decepcionar, traicionar y doler.

En Juntos (pero no revueltos) mencioné que no me agradan las expresiones “común” o “normal” en el contexto de lo alternativo porque conlleva ciertos significados peyorativos al momento de definir lo diferente. El diccionario en línea de la Real Academia Española (RAE) define normal como:
1.       Que se halla en su estado natural.
2.       Que sirve de norma o regla.
3.       Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.

Los significados 2 y 3 son los más pertinentes en esta cuestión puesto que dejan claro que la vestimenta y el estilo comúnmente utilizados son reglas – no leyes inquebrantables – establecidas a partir de parámetros previos. Parámetros subjetivos porque las modas cambian y no son inamovibles como las leyes de la Física, por ejemplo (a demás de que siguen la temporalidad, las necesidades específicas del contexto, a la industria del vestido, entre muchas otras cosas). Estamos hablando de pantalones y zapatos, no de la fuerza de aceleración. Aunque la definición 1 también resulta útil para esclarecer que técnicamente cualquier, cualquier tipo de ropa sería anormal, puesto que lo normal, el estado natural del hombre, es estar desnudo (como Dios lo trajo al mundo). Todo esto en el sentido estricto de la palabra.

Lo alternativo vendría a ser el antónimo de “normal” en este sentido de referencia hacia lo que se sale de la regla. Lo “anormal” se define como:
1.       Que accidentalmente se halla fuera de su estado natural o de las condiciones que le son inherentes.
2.       Infrecuente.
3.       Persona cuyo desarrollo físico o intelectual es inferior al que corresponde a su edad.

El significado 2 sin duda es acertado, pero los otros 2/3 de esta palabra son ofensivos a más no poder para referirse a individuos cuyo único “pecado” es verse diferente. No son un accidente, no son antinaturales, no rompen ninguna condición inherente, ni mucho menos tienen un desarrollo físico o intelectual inferior sólo por cómo deciden vestirse.

Por esto la palabra “normal” no es mi favorita dentro de la heterogénea cajita de dulces que es la humanidad (¿quién podría definir de manera absoluta y definitiva lo que es “normal”, a final de cuentas). Debo admitir que es el término más apropiado en este sentido, pero entonces no considero correcto que las personas diferentes sean el contrario exacto de “normal”.

Veamos cómo define la RAE lo “alternativo” (sólo algunas de sus acepciones porque tiene un montón):
1.       Capaz de alternar con función igual o semejante.
2.       En actividades de cualquier género, especialmente culturales, que difiere de los modelos oficiales comúnmente aceptados.
3.       Opción entre dos o más cosas.
4.       Acción o derecho que tiene cualquier persona o comunidad para ejecutar algo o gozar de ello alternando con otra.

Sin connotaciones negativas y resaltando que las personas tienen el derecho de elegir y disfrutar de opciones diferentes. Resulta más respetuosa la idea de asimilar lo normal y lo alternativo dentro de un mismo lado y no como antónimos o como equipos rivales en un partido de fútbol. Ser conscientes tanto desde el momento de formular la palabra hasta nuestra interacción con los demás de que ese “otro” diferente no es contrario a nosotros, sino complementario.


Escena adicional: Edgar Morín Martínez – antropólogo, escritor y maestro – explicó en una clase durante mi licenciatura que a él no le parece correcto el término “tribu urbana” porque carga connotaciones negativas de comportamiento tribal o no civilizado.

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Si te interesa leer las demás entradas que he escrito en contra de la discriminación de personas alternativas, da click aquí para revisar la lista completa de textos. 

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