B.A.P es un grupo que pasó de ser
un éxito imparable a encontrarse en medio de la tormenta entre una demanda y
una disquera esclavista. Su retorno a la escena musical fue uno de los más
esperados y emocionantes dentro del K-pop. Con un concepto de alienígenas llegados
al planeta Tierra, han conquistado las listas de discos internacionales de
Billboard desde su debut en 2012.
Después de 9
meses de ausencia, B.A.P regresó con dos mini-álbums nuevos y la gira mundial
Live On Earth 2016 World Tour Awake, la cual llegará a más de 10 países. México
sería su única parada en América Latina. La cita fue el domingo 1 de mayo en el
Pepsi Center de la Ciudad de México a las 6 de la tarde.
Más allá de
hacer una reseña tradicional acerca del concierto, quiero permitirme destacar
ciertos detalles de este evento que son significativos independientemente de si
el pop coreano es lo tuyo o de plano no. Espero comprendan y perdonen mis
experimentos periodísticos (y si logro dejarles algo, ¡pues qué mejor!).
Los conciertos
de K-pop son espectaculares. La producción está cuidadosamente diseñada con
juegos de luces, proyecciones, vestuarios, DJ’s, músicos de apoyo, máquinas de
humo, confeti, etcétera. Es común que sus giras posean un eje temático mediante
el cual se narra una especie de historia a lo largo del show, ya sea fantasiosa, dramática o cómica; depende del concepto
del grupo. Todo está planeado para entretener y asombrar, y sin duda lo
logran.
Con B.A.P
sucede algo muy curioso porque tienden un poco más al hip-hop y a expresiones
más rudas y serias: visten de negro con estoperoles, la crítica social es un
tema recurrente en sus líricas (sí, el K-pop también puede ser serio, aunque
usted… no lo crea) y en muchos de sus videos siempre le disparan a alguien.
Pero también tienen un lado blandito en el que le cantan con colores a la
felicidad y al amor.
Entonces
tenemos a unos chicos que en un momento cantaron su emblemática “No mercy” con
un pequeño injerto de “We will rock you” de Queen, y después brincaron a “Carnival”
donde todo es alegría con una lluvia de globos y papelitos. Sus presentaciones
al final pueden dejarte con una extraña sensación de “quiero bailar, pero
también quiero golpear a alguien”; una sensación bastante divertida y poco
usual.
El desdén
hacia las problemáticas mundiales no faltó. Antes de interpretar “One shot” se
proyectó un listado de las guerras ocurridas en todo el mundo desde principio
del siglo anterior hasta la actualidad. La velocidad en la cual ascendía la
lista tuvo que aumentar de forma considerable para recorrer todos los conflictos:
eran demasiados. “NO MORE WAR” fue la consigna
final. B.A.P repudia la violencia y la pérdida de la libertad, y son
claros en su misión de transmitir ese mensaje de paz a través de su música.
A lo largo del
concierto cada uno de los integrantes del grupo tuvo un solo, ya fuera de baile
o de canto. Así demostraron que su trabajo no es pura pantalla y que los
reconocimientos obtenidos en su carrera llegaron gracias a su talento (Nota:
Daehyun canta padrísimo. Fin de la nota.) Si bien sus habilidades escénicas son
destacables, sus valores como seres humanos fueron las estrellas de la
tarde-noche.
Trataron de
comunicarse en español lo más que pudieron para expresar su agradecimiento. No
pararon de decir que amaban a todos sus seguidores, de mencionar que ellos son
el motor de su felicidad. También le reiteraron a la audiencia (bastante
variada: hombres y mujeres, desde adolescentes hasta adultos) que no se
empujaran y que, por favor cuidaran mucho su salud y su regreso a casa, que
fueran felices. Sé que los corazones de muchos se derritieron cuando Bang Yong
Guk – el líder del grupo – dijo que había soñado con todos los ahí presentes y
que le daba gusto ver el sueño hecho realidad. Algunos podrían decir que esto
es cursi, y sí puede que lo sea, pero como fan
es increíble que tus ídolos te aprecien y respeten.
Otro aspecto
satisfactorio del espectáculo fue observar el goce de los músicos sobre el
escenario. Sus bailes y saltos por todos lados, sus sonrisas kilométricas, la
pena que les dio que el público no los dejara ni hablar por tanto griterío…
Señales de que estos individuos en verdad aman lo que hacen.
Talento real,
humildad, originalidad y pasión hacia su trabajo son cualidades presentes en un
artista de verdad, lo cual mantiene a su audiencia comprometida hasta al final,
en las buenas y en las malas. Y qué mejor que utilizar esa fama como un medio
para enviar un mensaje de bienestar (cuando alguien tiene tantos ojos encima,
lo ideal sería representar un buen ejemplo a seguir, ¿no?). Estos factores
convierten a B.A.P en un grupo digno de ser reconocido.
Me encanto ❤ enserio me encanto todo lo que dijiste
ResponderEliminarAiñ. ¡Gracias, Laura! <3
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