viernes, 6 de mayo de 2016

En vivo desde la Tierra: B.A.P en México

B.A.P es un grupo que pasó de ser un éxito imparable a encontrarse en medio de la tormenta entre una demanda y una disquera esclavista. Su retorno a la escena musical fue uno de los más esperados y emocionantes dentro del K-pop. Con un concepto de alienígenas llegados al planeta Tierra, han conquistado las listas de discos internacionales de Billboard desde su debut en 2012.

Después de 9 meses de ausencia, B.A.P regresó con dos mini-álbums nuevos y la gira mundial Live On Earth 2016 World Tour Awake, la cual llegará a más de 10 países. México sería su única parada en América Latina. La cita fue el domingo 1 de mayo en el Pepsi Center de la Ciudad de México a las 6 de la tarde.

Más allá de hacer una reseña tradicional acerca del concierto, quiero permitirme destacar ciertos detalles de este evento que son significativos independientemente de si el pop coreano es lo tuyo o de plano no. Espero comprendan y perdonen mis experimentos periodísticos (y si logro dejarles algo, ¡pues qué mejor!).

Los conciertos de K-pop son espectaculares. La producción está cuidadosamente diseñada con juegos de luces, proyecciones, vestuarios, DJ’s, músicos de apoyo, máquinas de humo, confeti, etcétera. Es común que sus giras posean un eje temático mediante el cual se narra una especie de historia a lo largo del show, ya sea fantasiosa, dramática o cómica; depende del concepto del grupo. Todo está planeado para entretener y asombrar, y sin duda lo logran.

Con B.A.P sucede algo muy curioso porque tienden un poco más al hip-hop y a expresiones más rudas y serias: visten de negro con estoperoles, la crítica social es un tema recurrente en sus líricas (sí, el K-pop también puede ser serio, aunque usted… no lo crea) y en muchos de sus videos siempre le disparan a alguien. Pero también tienen un lado blandito en el que le cantan con colores a la felicidad y al amor.

Entonces tenemos a unos chicos que en un momento cantaron su emblemática “No mercy” con un pequeño injerto de “We will rock you” de Queen, y después brincaron a “Carnival” donde todo es alegría con una lluvia de globos y papelitos. Sus presentaciones al final pueden dejarte con una extraña sensación de “quiero bailar, pero también quiero golpear a alguien”; una sensación bastante divertida y poco usual.



El desdén hacia las problemáticas mundiales no faltó. Antes de interpretar “One shot” se proyectó un listado de las guerras ocurridas en todo el mundo desde principio del siglo anterior hasta la actualidad. La velocidad en la cual ascendía la lista tuvo que aumentar de forma considerable para recorrer todos los conflictos: eran demasiados. “NO MORE WAR” fue la consigna  final. B.A.P repudia la violencia y la pérdida de la libertad, y son claros en su misión de transmitir ese mensaje de paz a través de su música.

A lo largo del concierto cada uno de los integrantes del grupo tuvo un solo, ya fuera de baile o de canto. Así demostraron que su trabajo no es pura pantalla y que los reconocimientos obtenidos en su carrera llegaron gracias a su talento (Nota: Daehyun canta padrísimo. Fin de la nota.) Si bien sus habilidades escénicas son destacables, sus valores como seres humanos fueron las estrellas de la tarde-noche.

Trataron de comunicarse en español lo más que pudieron para expresar su agradecimiento. No pararon de decir que amaban a todos sus seguidores, de mencionar que ellos son el motor de su felicidad. También le reiteraron a la audiencia (bastante variada: hombres y mujeres, desde adolescentes hasta adultos) que no se empujaran y que, por favor cuidaran mucho su salud y su regreso a casa, que fueran felices. Sé que los corazones de muchos se derritieron cuando Bang Yong Guk – el líder del grupo – dijo que había soñado con todos los ahí presentes y que le daba gusto ver el sueño hecho realidad. Algunos podrían decir que esto es cursi, y sí puede que lo sea, pero como fan es increíble que tus ídolos te aprecien y respeten.

Otro aspecto satisfactorio del espectáculo fue observar el goce de los músicos sobre el escenario. Sus bailes y saltos por todos lados, sus sonrisas kilométricas, la pena que les dio que el público no los dejara ni hablar por tanto griterío… Señales de que estos individuos en verdad aman lo que hacen.


Talento real, humildad, originalidad y pasión hacia su trabajo son cualidades presentes en un artista de verdad, lo cual mantiene a su audiencia comprometida hasta al final, en las buenas y en las malas. Y qué mejor que utilizar esa fama como un medio para enviar un mensaje de bienestar (cuando alguien tiene tantos ojos encima, lo ideal sería representar un buen ejemplo a seguir, ¿no?). Estos factores convierten a B.A.P en un grupo digno de ser reconocido.


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