martes, 5 de noviembre de 2013

Black Sabbath: 13

Black Sabbath... Black... Sabbath. Sabbath, Sabbath, Sabbath...

No es fácil escribir algo nuevo acerca de Black Sabbath. 45 años de trayectoria, considerados los padres fundadores del Heavy Metal. ¿Qué se podría decir de Sabbath que no se haya dicho ya?

Un día enciendes tu computadora, tomas una revista, y te enteras de que la alineación orignial de Black Sabbath se reunirá para crear un álbum nuevo: 13. Un disco que nació a pesar de problemas legales y la conmoción por la enfermedad de Tony Iommi.
Y otro día te asomas a Internet y te enteras de que saldrán de gira.
Y otro día más, encuentras a México en la lista. Con Megadeth como teloneros.

26 de octubre del 2013, Foro Sol. Entradas agotadas.
Creo que son pocas las bandas que pueden jactarse de que a sus conciertos van hijos, padres, incluso abuelos. A mis padres les cayó de sorpresa que su hija iría a ver tocar a una banda que ellos escuchaban cuando tenían su edad, o incluso menos. A mí, me cayó de sorpresa saber que vería a una de las bandas más emblemáticas de, qué se diga del Metal, de la música en general.

Megadeth ofreció un show similar al que presentaron el año pasado en la gira de aniversario del Countdown To Extinction. Con las tres pantallas de fondo en el escenario que proyectaban videos y animaciones referentes a cada canción. Se trató también de una gira para promocionar su - no tan bien recibido - nuevo disco: Super Collider. Aunque la única canción que tocaron de este álbum fue Kingmaker.

Mucho headbanging enloquecido y puños al aire; un clásico concierto de Megadeth.

¿Conocen esa explosiva sensación que se siente en el estómago y en el pecho cuando te agarran distraído y apagan todas las luces de el foro antes de empezar con el espectáculo principal? Imaginen eso, sólo que con la risa de Ozzy Osbourne resonando en tus oídos.

Inició con War Pigs. "Generals gathered in their masses, just like witches at black masses!", coreó con energía el público. No cualquiera logra que la audiencia expulse tal cantidad de energía desde el primer momento.

Los ídolos sobre el escenario: Ozzy Osbourne con su expresivo rostro de psicópata [vamos, saben que sí, jaja], Geezer Butler con sus cabellos despeinados, serio y concentrado como siempre, Tony Iommi... mucho se podría decir de él, pero nada calienta más el corazón que ver su sonrisa de felicidad mientras toca. Y Tommy Clufetos, el baterista que los ha apoyado durante la gira tras la ausencia del bataco original, Bill Ward. Pero vaya que supo hacerse respetar. Todos y cada uno de ellos se lucieron y lo que le sigue en cada uno de sus solos e interpretando las clásicas canciones que, al menos en mi caso, no muchos esperábamos poder escuchar en vivo alguna vez. Paranoid, Iron Man, Children Of The Grave...

En la gran pantalla de fondo en el escenario, se podían apreciar videos hechos especialmente para cada canción. Videos algo surreales, y de contenido fuerte también: de crítica social, violencia, sangre... Y ni se diga de lo que se vio en Dirty Women. En ese momento era imposible saber cuánta gente estaba viendo a la banda o a las chicas de grandes pechos desnudos.

Es fácil caer en un sentimentalismo cursi al hablar de Black Sabbath, y de recurrir a expresiones de típica adoración. Pero lo cierto es, que eso es lo que generan, y se lo tienen bien ganado. A momentos en serio parecía que todos los reunidos ahí se encontraban en una especie de misa o culto. Alzando las manos y balanceando los brazos de un lado a otro mientras se canta "My name is Lucifer, please take my hand". Bueno, pero qué misa tan peculiar.

Reitero, se puede decir muchísimo. De cada músico, de cada canción, de cada momento. Se trató de una noche espectacular y, tanto por el concierto per sé como por lo que representó, muchas personas lo consideran el mejor concierto del año. Yo sin dudas comparto la opinión.


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Hay una cosilla que quiero contar pero no quise meterla allá arriba porque pues, no es algo que todos vieron. En General A, más o menos por la parte de en medio, tirándole más a la izquierda, había un chavo/señor que traía a su hijita en hombros. Una niña bien bonita como de unos... no sé, cinco años. Que se la vivió agitando los brazos y haciendo devil horns con sus manitas.
Ay, no sé. La veías y la cara se te derretía de la ternura. <3

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