1. La sensación en el pecho y el estómago que se despierta en tus
tripas cuando apagan las luces al comenzar un concierto.
2. Toma mucha agua antes de salir de tu casa, pero deja de hacerlo unos
30-40 minutos antes de irte. Así tu vejiga tendrá tiempo para descargarse.
3. Existen dos tipos de personas:
- Los que se metieron a general un par de veces y dijeron: "Nunca más"
- Y quienes se metieron un par de veces y calcularon qué tan fuerte tenían que poner los codos la próxima vez para evitar que los quiten de su lugar.
4. Si vas a estar al aire libre, siempre lleva una gorra. Te protegerá
del sol y también evitará que la lluvia te caiga en la cara.
5. Esto es en especial importante si te maquillas y quieres evitar que
la lluvia haga que tus cejas se te escurran hasta el cuello.
6. Escuchar tu canción favorita en vivo. Fin.
7. Ese dolor en el cuello y en las espinillas que sólo entenderán los
chaparros que tuvieron que pasar dos horas parados de puntitas. Todo para ver
la mitad de la cabeza del artista a través de todas las espaldas, brazos y traseros.
8. ¿Nunca te has deprimido después de un concierto que amaste porque una
extraña parte de ti piensa que podrías haberlo disfrutado AÚN más? También
aplica para ese momento en el que termina un show por el que esperaste meses y
¡poof! Casi casi se acabó sin que te dieras cuenta.
9. ¿Cuántos años tenías cuando descubriste que el encore es una gran
mentira y siempre están planeados? (Yo sólo he presenciado dos que sí fueron
improvisados.)
10. Comprar boletos para un concierto y pensar: "Si se quemara mi
casa, tomaría mi acta de nacimiento y éstos".
11. La mejor idea en todo el multiverso fue que empezaran a dar agua
gratis en los festivales.
12. No me importa si en tu vida jamás te has puesto ni una sola gota de crema
humectante. Si vas a un recinto al aire libre, PONTE BLOQUEADOR SOLAR, MALDITA
SEA.
13. Ver a un viejito o viejita bailar cerca de ti y pensar: "Ya me
vi".
14. Darte cuenta de que en algunos shows el público sigue siendo igual
de joven como cuando comenzaste a ir a conciertos y tú te sigues haciendo más
viejo.
15. ¡Te dije que no era una fase, mamá!
16. Los bajitos tenemos el superpoder de ver a los músicos en ese
minúsculo espacio entre el cuello de un señor y la axila del acompañante de ese
señor.
17. No sentarte aunque tengas asiento numerado y estés cansado porque...
¿orgullo? Creo que es para demostrarle algo a alguien, pero no se qué ni a
quién.
18. A veces pensar en lo que te vas a poner para el gran día es como el
40% de la diversión.
19. No entender ni una sola palabra de lo que dijo el vocalista, pero le
gritas de todos modos porque SÍ A TODO.
20. Darte cuenta de cuánto se han encarecido los conciertos y pensar:
"Chale, hubiera aprovechado e ido a más de ellos antes". Pero luego
recuerdas que en aquel entonces eras un adolescente en bancarrota y te quedas
de: "Ah, cierto, por eso".
21. Ver a tu papá llorar y gritarle a sus músicos favoritos de toda la
vida.
22. Ir a conciertos de bandas que tus padres escuchaban a tu edad,
cuando tú no eras ni siquiera una idea.
23. Todos piensan que gastar tanto en una sola presentación es una
tontería ilógica... Hasta que conocen a ESA banda.
24. Descubrir que un gran vocalista canta todavía mejor en vivo y estar
convencido de que la única explicación es que es reptiliano.
25. Las clases de teatro sirven para aprender a gritar con el diafragma
y no con la garganta. Así evitas quedarte afónico después de gritonear toda la
noche.
26. Una vez grité tanto que sentí que mi garganta se iba a voltear al
revés. O que iba a vomitar, no lo sé. (Una disculpa a todos los que alguna vez
tuvieron que estar delante de mí en un concierto.)
27. Los electrolitos son una delicia suprema a las 2 de la mañana,
después de un festival.
28. No revisar el setlist porque conoces todas las canciones y quieres
sorprenderte en cada momento.
29. Sí revisar el setlist porque te consumen las ganas de saber si
tocarán las canciones que esperas o si te romperán el corazón en mil pedazos.
30. Pedir días de vacaciones para disfrutar de un concierto... y que lo
cancelen esa misma semana.
31. Irte a dormir con ese zumbido en los oídos, pensar: "Diablos,
debería llevarme tapones para la próxima"... y no hacerlo.
32. ¿Cuántas playeras de bandas son demasiadas?
33. No hay nada más sublime que el momento cuando el vocalista, los guitarristas y
el bajista se ponen uno junto al otro para headbangear al mismo tiempo.
34. A veces no sé si prefiero estar hasta adelante para que me caiga el
sudor de los artistas, o si prefiero estar más atrás y tener espacio para
bailar a gusto. (Ojalá pudiera estar en primera fila y sola, porque se vale
soñar.)
35. Un general A de adolescentes es MUCHO PEOR que uno de señores
metaleros.
36. No sabes nada, NADA de gritos hasta que no vas a un concierto de
k-pop. La primera canción coreana que escuché en vivo técnicamente no la
escuché.
37. Porfitas: no seas el tipo que se queja y abuchea a las bandas que no
quería ver en un festival. Hay un horario, sabías quiénes estarían y a qué hora
estarían. No seas un payaso insufrible que le arruina la fiesta a los demás.
38. Qué bueno que superamos la fase de usar iPads para grabar en los
conciertos. Ni siquiera Satanás aprobaría esa atrocidad.
39. El mejor circuito de carreras es correr entre escenarios en un
festival y tratar de ver a un montón de bandas en un periodo de tiempo casi
absurdo.
40. El dilema entre: "Quiero gritar y cantar muy fuerte junto al
vocalista" y " "Ojalá me callara porque no pagué tanto para sólo
escuchar mis gritos".
41. Perder la cuenta de cuántas veces has visto a tus artistas
favoritos.
42. Buscar videos en YouTube para tratar de revivir el momento y
emocionarte como bruto porque: "Ay, ¿ves al tipo ese? ¡Yo estaba por
ahí!".
43. Tus ahorros siempre cuentan con un fondo de emergencia para conciertos. #Prioridades
44. A veces juras que uno de los músicos te vio directamente a los ojos
y sientes que tuvieron un momento especial e irrepetible entre ambos, aunque
sabes que lo más probable es que todo sea una mentira. Pero es más bonito vivir
en un engaño, así que mejor te aferras a tus alucinaciones. A lo mejor y sí
pasó, ¿no?... ¿NO?
45. Estar con esa persona especial y escuchar esa canción que se
dedicaron hace mucho tiempo (puntos extras si creías que jamás la disfrutarían
en vivo y juntos).
46. Tener amigos que te acompañen, enloquezcan contigo y que griten
incoherencias juntos es la mejor forma de purificar el alma.
47. Ver a tu artista favorito de cerca y olvidar cómo respirar, cómo
caminar, cómo pensar y cómo existir en general.
48. Te da pena hacer lo que sea en público, pero
en un concierto bailas, gritas y lloras como si no te importara, aunque estés
rodeado de miles de personas y con la posibilidad de que una cámara te encuentre
y salgas en la pantalla del escenario (o termines en Internet).
49. Tener dolor de caballo por gritar, sollozar y saltar al
mismo tiempo.
50. "Ah, qué BUEN concierto... ¿Cuándo regresan? ¿Mañana? Porque
deberían".
El pilón: Nunca he agarrado NADA de lo que avientan los artistas hacia
el público. Maldita sea mi suerte (y mi lejanía, y mi estatura).
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